¿Te falta autoconfianza?

Recuerdas cuando eras pequeño y tus padres o profesores cuando cumplías algo que te pedían te decían: «¡Muy bien! ¡Lo lograste! ¡Bien hecho!, bueno casi todos lo hemos escuchado y es que estas frases nos programaron para sentir que podemos lograr aquello que nos pidieron, sin embargo, en alguno casos nos ha imposibilitado intentar muchas cosas en la vida, en intentos por no fallar o enfocarnos en aquello que sí podemos hacer «bien» y no perder nuestra confianza ya ganada, nos hemos enfocado en nuestra inteligencia o competencia, pero curiosamente esto podría tener consecuencias contrarias a lo que deseamos y es específicamente que sentimos ansiedad a todo aquello que pudiera amenazarla (ego), nos alejamos de retos en los que hay riesgo de quedar en ridículo, por ejemplo, no queremos preguntar a alguien por algún dato porque puede pensar que somos ignorantes y por lo tanto nos perdemos cosas interesantes que podríamos hacer, el filósofo Erasmo en su libro titulado «Elogió a la locura» nos recuerda que todo el mundo por educado, importante o culto que sea, es un tonto, es decir, todos cometen errores, por lo cual cometer errores no nos hace menos inteligentes o tontos.

El camino a la autoconfianza no es reafirmar nuestra propia dignidad, se trata de vivir con nuestra naturaleza de la ridiculez, con nuestra naturaleza de ser humanos que cometen errores, ¿errores tontos?, ¡Si! ¡Por supuesto!.

Si haces él ridículo no pasa nada y si lo vuelves hacer seguro que no pasará nada, nadie excepto tú tienes dos opciones: o te castigas diciéndote que fuiste un tonto y que no lo volverás a intentar o simplemente te ríes.

Así podrás enfrentar el fracaso sabiendo que es parte de todo ser humano y que no pasa nada, una de las preguntas que siempre me hago y que no falla antes de intentar algo es: ¿Qué es lo peor que puede pasar?.

El camino a la autoconfianza comienza por decirnos a nosotros mismos: «Nadie excepto tú puede creer en ti».

Namasté