El perdón sana

Hace unos días mi maestro de meditación, me hizo reflexionar sobre un evento en mi vida que yo pensaba lo había “superado”, cuando era adolescente mi padre se fue de casa, siempre pensé que no me había afectado e incluso decía “bueno yo ya estoy grande, que le vaya bien”, sin embargo, la decepción y el dolor de ese abandono había sido tan fuerte que simplemente “lo enfríe”, es decir me volví indiferente ante esa ausencia, ante ese abandono, pensé que era lo mejor, pero no fue así, volverme indiferente había sido peor que el odio, porque ni siquiera había querido expresar ese sentimiento, había preferido ocultarlo, taparlo y no lidiar con el, entonces, y acá viene la pregunta: ¿Cómo empezar a liberarme de ese dolor?

Primero comprendí  que las personas actúan con los recursos limitados que tienen, es decir, mi padre hizo lo que hizo porque en ese momento de su vida decidió atender a sus propios deseos, a sus propios intereses, tenía su propia bulla y rollos mentales, no lo hizo pensando en hacerme daño o con la intención de lastimarme o porque no me quisiera, simplemente decidió atender a sus propios sueños o fantasías.

Y yo tenía en ese momento la opción de hacer un drama del evento diciéndome a mi misma: “mi padre no me quiere”, “mi padre me odia”, etc, pero la opción que tomé fue el de la indiferencia, lo cual tampoco era saludable, lo que debes comprender es que la interpretación que le das a un evento crean tu realidad, en otras palabras, el significado que le das y si el significado que le das al evento son «no soy digna de amor» entonces esa será en adelante mi realidad, y en mis futuras relaciones haré boicot en ellas y estaré «protegiéndome» para no entregar mi corazón al 100%.

Tuve que enfrentar nuevamente ese dolor, porque no se trata de cambiarlo u ocultarlo por indiferencia como fue mi caso, se trata de mirarlo cara a cara, de enfrentarlo y atravesarlo, comprendí que ocultar el dolor, taparlo, volverme fría o indiferente lo único que había ocasionado era más dolor, no quería recordarlo, me incomodaba mencionarlo o que me preguntaran acerca de él, por lo tanto, enfrentar el dolor y lidiar con el, te ayudarán a liberarte y comenzar a ir por la vida con un corazón herido pero abierto.

Finalmente comprender que en esta vida todos cometemos errores, y que la mayor parte de las veces lo hacemos por egoísmo, actuamos siguiendo nuestros propios deseos, nuestras propias necesidades y en el camino alguien nos ha herido y nosotros también en ese camino hemos lastimado involuntariamente a alguien , hemos causado dolor inconsciente a alguien, incluso a personas que hemos amado y cargar con esa culpa nos causa dolor, nos hace daño, no nos deja avanzar.

He aprendido que no hay terapia sin afecto, lo que cura es el Amor, y que una de las mejores terapias que puedes hacer en la vida es aprender a perdonar, soltar el dolor del pasado, soltar las culpas y vivir mas ligera, más libre, dándote más amor a ti misma.

En este proceso de compresión y aceptación comencé a verme a misma y a mi padre con ojos de compasión, porque perdonar significa que todo ese dolor ahora lo puedes ver desde otra perspectiva, ahora lo ves con compasión y que todo lo que haya ocurrido en tu vida ha sido para tu evolución, para ser mejor persona, para amar con más fuerza e inclusive para tener más Fe.

Cualquier evento que ocurra en tu vida es para tu evolución personal.

Namasté